La Eucaristía te hará ascender hasta el Cielo

No porque tú tengas que subir hasta él, sino que él baja hasta ti para que tú entres en él. Cuando comulgas no solo Dios entra en ti, sino que también tú entras en Dios: Él te absorbe y te toma como Suyo, quedas unido a Él como cosa suya para siempre. Solo el pecado mortal rompe esta unión, y la confesión la restaura otra vez.




[Imagen: Jan Alexander]